AVANZAMOS HACIA LA ELABORACIÓN DE PROPUESTAS CONCRETAS

El desafío de pensar desde la perspectiva de la diversidad  y la inclusión, más allá de las convicciones pedagógicas, éticas y políticas, fue y es muy movilizante. Sin duda hay un proceso de reflexión práctica que nos interpela.  

Además de los aspectos legales, reglamentarios, asegurar una educación que enseñe a todos/as,  y que todos/as y cada uno/a se sienta en condiciones de aprender y formar parte del grupo de aprendizaje requiere pensar  una y otra vez las prácticas concretas.  Es decir, reflexionar de manera de que este enfoque desde la diversidad y la inclusión se vuelva una realidad en los patios de las escuelas.  

¿Qué tener en cuenta para planificar la enseñanza?

Aquí intentamos, en primer lugar, pensar ciertos criterios que juzgamos importantes para que la propuesta sea fiel a aquello que nos propusimos, que es intentar que la inclusión de la diversidad  sea nuestro norte.

Iremos avanzando en precisiones hasta llegar a presentar algunos ensayos en el patio, pero entendemos que es necesario comenzar por estas ideas, para luego comprender y reinventar lo que sigue… 

Los ensayos…, o los ejemplos, podríamos llamarlos,  con los que hemos comenzado a pensar tienen como contenidos el pase y recepción.  Los encontrarán mencionados desde ahora hasta las clases concretas

Empecemos por los primeros criterios, que son:

  • Asegurarse que las propuestas habiliten ciertas variaciones que les permitan a todos/as participar, y al mismo tiempo que les plantee diversidad de desafíos/RETOS.
  • Encontrar las formas para que las/os alumnas/os conquisten el dominio/la manipulación de cada objeto según sus características.

     

  • Asegurarnos de que puedan comprender el sentido de ese pase y recepción en el contexto de una situación problemática o un juego determinados.
  • Garantizar que haya muchas experiencias ricas, variadas y diversas para aprender cada contenido
  • Que todas las propuestas sean desafiantes y no ejercitaciones repetitivas 

  • Que donde haya una barrera, busquemos apoyos. Es decir que nuestra mirada se desplaza de la “deficiencia” o “dificultad” de la alumna/o a las condiciones que la propuesta debe tener para que puedan animarse a enfrentarla.

  • Que las situaciones planteadas promuevan la reflexión sobre lo que hacen y cómo resuelve cada uno.
  • Que se dé  la posibilidad de que haya instancias de aprendizaje recíproco y horizontal.
  • Que se brinde el tiempo suficiente en cada caso para la apropiación de los contenidos.  Así como afirmamos que no propiciamos la repetición mecánica que sólo automatiza movimientos, también sostenemos que se requiere de diferentes y variadas repeticiones para aprendizajes significativos.

Nuestro gran “norte” en este momento es pensar cómo “armar una trama” (didáctica…) en la que aparezcan, muchas veces simultáneamente, tanto los desafíos de los contenidos del aprendizaje (de pase y recepción en este caso, como ejemplo), como la construcción de la pertenencia a un grupo que está aprendiendo.

Aquí es donde creemos importante tomar el concepto de ANDAMIAJE, lo que implica hacer convivir una práctica guiada y una práctica independiente.  Una vez que alcancen cierto nivel de aprendizaje,  lo cual está relacionado con lo que viene después, se van “soltando las amarras”.

Es un tipo de trabajo en el que el docente coloca la  estructura para iniciar el trabajo, y cuando las/os alumnas/os avanzan sistemáticamente hacia un desempeño cada vez más independiente, se va retirando. Inclusive es deseable generar las condiciones grupales para que dicho andamiaje no sea solo provisto por el/la profe, sino por el mismo grupo.

En este sentido, una de las ideas es la de ir presentando situaciones de enseñanza que les den elementos para reconocer las diferencias que hay entre los chicos, tanto de saberes, como de gustos y habilidades, y tiempos de aprendizaje (dentro de las diferencias se incluyen las discapacidades, pero no se centra en ellas).

Asimismo, creemos importante invitar a la exploración de  nuevas experiencias,  y sostener la  oferta,  de manera de dar tiempo a que los/as alumnos/as quieran intentar y puedan conocerlas en profundidad para después decidir… Es raro que quieran hacer aquello  que no conocen…

Queremos decirles, en síntesis:

 Tratamos de que no sea solamente nuestro discurso sobre la diferencia y la importancia de su reconocimiento… 

Nos parece, que si les enseñamos a observar, a reconocer al otro en tanto otro, valioso y diferente, van a tener elementos para reconocer y respetar las diferencias existentes, tanto en la clase como en la vida misma.

La perspectiva inclusiva requiere del compromiso del grupo-clase,

 no sólo de los docentes…, ¡y está en nuestras manos enseñarlo!